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Carlos... campeón (Huelva)















Todo ocurrió tan deprisa, que apenas tuve tiempo de recapacitar. Todo, absolutamente todo, llegó a mi vida sin una mínima sospecha. Pero como dicen por ahí, pase lo que pase también pasará.


Un 7 de diciembre de 2008 me salió un bulto entre el esternón y la clavícula izquierda. Era como una inflamación del hueso. Me asusté, porque lo mismo que salió para fuera, podría empezar a crecer para dentro, así que decidí ir a urgencias. Hay que decir que estaba en Portugal, así que decidí venir a Huelva, más que nada por el idioma. Tras una radiografía, y unos cuantos médicos residentes que palpaban mi esternón a la par que buscaban algún tipo de información en un libro, decidieron mandarme ibuprofeno (¿?). Como no me quedé conforme ni tranquilo, decidí ir a mi médico, y éste me derivó a orientación diagnóstica.

Tras varias pruebas, un tac, analítica de sangre y orina, me llamaron un viernes para decirme -Carlos, vente el lunes a primera hora que la cosa no marcha del todo bien-. Mi fin de semana fue de bastante nerviosismo, pero jamás pensé que mi diagnóstico sería el que fue. El lunes me presenté en la consulta y nada más verme la doctora, me hizo pasar, para decirme que el miércoles me harían una biopsia, porque las proteínas estaban alteradas. A decir verdad, todo eso me sonaba a chino, pero seguía sin tener la más mínima idea de que podía ser cáncer. Inocentemente me fui el miércoles a la consulta para la “supuesta” biopsia. Pero en lugar de convertirse en una biopsia, fue para darme la noticia. –Carlos, tienes un tumor maligno, y no sabemos si la médula está afectada o no, lo que determinará si el tratamiento será de quimioterapia o radioterapia- No podía dar crédito a lo que estaba diciendo ese doctor. El buen hombre siguió hablando, pero yo sólo veía a una persona moviendo la boca, porque escuchar no lo escuchaba. Bastante tenía yo con controlar las lágrimas para que no salieran y pensar que estaba confundido, que a mí no me podía decir que tenía cáncer.

A partir de ahí, todo fue muy veloz, al día siguiente extracción de líquido de la médula, biopsia, analíticas, tac, resonancias. Determinaron que el tratamiento sería radioterapia, porque el resultado de la analítica de la médula era negativo, no estando afectada. El nombre médico: PLASMOCITOMA SOLITARIO EN ESTERNON, el nombre que le puse yo, enemigo de nombre feo.

Me tatuaron con cuatro puntos para comenzar a la semana la radioterapia. 25 sesiones que hicieron que mi enemigo de nombre feo remitiera, hasta convertirse en nada. También tuvo que ver mi optimismo. Estuve cuatro días llorando, sin parar, a escondidas, y al quinto decidí que no echaba ni una lágrima más, y si las echaba, sería de felicidad.

En mi última revisión, en febrero de 2010 en la sangre ya no se reflejaba el pico de proteínas que determinaba la presencia de células cancerígenas en mis huesos. Decir que tenía 31 años.

De todo se aprende, y de esto he aprendido un montón; a valorar lo que dejamos pasar a lo largo de nuestros días por el estrés y las prisas. He aprendido que hay que vivir intensamente día a día, hay que ser conscientes de que solo tenemos una vida, y esa vida hay que aprovecharla. Mucha gente me pregunta que por qué hago un blog de cáncer, o una fundación, que por qué no me olvido de que he tenido cáncer, y a todos les digo lo mismo; no quiero olvidarme que por un tiempo fui vulnerable, y que vencí.

Por último me gustaría compartir un consejo que me dieron y me tatué en mi mente: LA CURA EMPIEZA POR LA CABEZA.
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Duna....campeona (Zaragoza)













JUNIO 2007: Mi boda fue el 30 de junio, tenía 25 años y nadie podría imaginar que 3 meses más tarde empezaría la lucha más dura de mi vida.

SEPT 2007: Noto un bulto en mi ingle izquierda; y tras visitar a mi médica de cabecera y a diversos especialistas, todos afirman que se trata de una hernia inguinal, por lo que se me pone en lista de espera para realizar la operación que debería extirparla. La espera: unos 6 meses (la lista de espera “normal”) para lo que supuestamente era una hernia.

NOV 2007: El bulto crecía y crecía cada día un poco más, hasta que un día de noviembre y con tremendo dolor acudí al servicio de Urgencias donde en poco rato me metían a quirófano para operar de urgencia. El cirujano creía que era una hernia estrangulada. La sorpresa fue mayúscula para mí y mi familia cuando se nos dice que tiene todo el aspecto de ser algún tipo de tumor. Sólo queda mandarla a analizar y esperar resultados.

ENERO 2008: Había pasado mucho tiempo desde la operación, pero tuvieron que mandar lo extraído a un laboratorio de otra provincia, porque aquí no sabían filiarlo. Tras el análisis me dijeron que era un “liposarcoma mixoide en grado II”, un tumor maligno. Todo lo que vendría después sucedió casi sin tiempo a asimilarlo: una 2ª operación para ampliar la cirugía, un duro post operatorio, sesiones de radioterapia y seguimiento. En un primer momento el oncólogo me informó de que existía la posibilidad de recibir quimioterapia pero que los efectos que sacaría de ella serían más negativos que positivos. Indudablemente me decanté sólo por la radioterapia.

FEBRERO 2008: La segunda operación fue un 4 de febrero, casualmente Día mundial contra el cáncer; después vino la recuperación, curas, quitar todas las grapas de la ingle, cicatrización y las sesiones diarias de radioterapia. Todos los días de 22 a 22.30 debía acudir al hospital para la sesión. En total fueron 33 días.

MAYO 2008: Tras este tiempo y tras acabar todo el proceso, incluida la radioterapia, sólo quedaban revisiones de control periódicas, atrás quedaron las grapas, las curas con betadine, las cremas y los productos de laboratorio para la piel quemada, el dolor, las preguntas sin respuesta… En su lugar encontré la alegría de ver que todo iba saliendo bien, la recuperación y vuelta al trabajo y a mi vida, y por supuesto la cicatriz como señal de superación (cada vez que la miro me siento orgullosa), y mis “tatuajes”, los 4 puntos marcados en mi piel de por vida y que indicaban los lugares donde recibir la radioterapia.

JUNIO 08- DICIEMBRE 09: Las revisiones de control iban saliendo bien, estaba muy controlada por varios especialistas (era seguida por un cirujano, oncólogo y radioterapeuta) y las pruebas poco a poco se iban espaciando en el tiempo.

DICIEMBRE 09: Navidad, recién llegados mi marido y yo de un viaje de placer a Madrid, un nuevo susto: el día 28 de diciembre se me paralizó la mitad izquierda del cuerpo para unos días después extenderse a la parte derecha. Estuve casi 15 días ingresada en el hospital y me hicieron multitud de pruebas, fue otro pequeño bache de salud pero esta vez con relación neurológica denominado “mielitis cervical”, una inflamación de la médula que afectaba a la movilidad, sensibilidad…. Afortunadamente su origen no fue oncológico, como determinarían las pruebas más tarde.

ABRIL 2010: Sigo con revisiones por ambas partes (oncólogica y neurológica) y terminando de recuperarme de la mielitis, pero muy orgullosa y contenta porque como bien dice la frase: "Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír".

http://dosisderecuerdos.blogspot.com/
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Carmen...... campeona (Barcelona)
















Mi nombre es Carmen, quiero que estas líneas sirvan de ayuda a todas aquellas mujeres que están pasando por la misma experiencia que yo he pasado

En Julio de 2009, fui diagnosticada de cáncer de mama. Cuando me informaron de mi enfermedad, el mundo se vino encima. Pasé por varias fases primero tristeza, luego rabia y por último esperanza.

¿Por qué a mí ? Esa pregunta me la hacía una y otra vez, tenía que tener otra oportunidad en esta vida. Las palabras de la cirujana, Carcinoma Infiltrante, sonaban golpeando mi cabeza sin entender nada, le pregunté es ¿ cáncer ? ella contestó sí. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón de tristeza.

A partir de ese momento empezó mi carrera por la vida:

Primera etapa: Ecografía, biopsia, análisis, resonancia magnética TAC y cirugía. Cirugía conservadora mama izquierda con prueba ganglio centinela. La operación salió con resultados satisfactorios.

Segunda etapa: Después me derivaron al servicio de Oncología 30 sesiones de radioterapia ( 25 en la mama y 5 en cicatriz ) y tratamiento hormonal con tamoxifeno. El tratamiento de radio fue agresivo, a partir de la sesión 15 mi mama empezó a quemarse, al final del tratamiento me diagnosticaron quemadura de 2º grado en mama radiada. Pero bueno eso ya pasó con paciencia y con la ayuda de mi médico.

Tercera etapa: El Tamoxifeno es para la eliminación de estrógenos y evitar el riesgo a padecer cáncer en la otra mama. El carcinoma infiltrante que yo padecía se alimentaba de los estrógenos. Los efectos secundarios bueno para que os voy a contar, nauseas diarias, mareos, sequedad de boca ( bueno hecha un cromo). Con este tratamiento estaré 5 años (ahora llevo 6 meses ).

Cuarta etapa: La final, en mi último control le pregunté a mi oncólogo :¿mi cáncer está curado? y su contestación fue ESTAS CURADA, ahora estoy con los controles hasta ahora todos satisfactorios.

Siempre me he refugiado en mi familia, siempre agradeceré todo lo que hicieron por mi . Lo buen actores que han sido ( como dice mi amigo Carlos ) disimulando para que no me preocupara más de lo necesario. Quitándole importancia cuando les enseñaba mi mama primero con mis cicatrices de guerra ( tengo 3 ) y después con mi quemadura radiada.

Después de cuatro meses de baja laboral me incorporé al trabajo quería que todo volviera a la normalidad. Mis amigos de verdad siempre estuvieron ahí a mi lado. Los que no lo fueron me dieron la espalda, para que los quiero.


Hoy: estoy contenta. Tengo amigos estupendos y una familia maravillosa. Sigo con mis revisiones rutinarias. Y con ese punto optimista que me ha acompañado en todo el tratamiento. Soy guerrera por naturaleza y el cáncer no me ha vencido.

Espero que este pequeño relato de mi enfermedad sirva para dar ánimo a aquellos enfermos que lo están pasando mal. Una detección de la enfermedad a tiempo es la base. Nunca digáis mañana ya me haré la mamografía, mañana ya puede ser tarde. Y sobre todo nunca perdáis la esperanza. Aunque el día amanezca nublado luego saldrá el sol. El optimismo es indispensable para la curación.


Un abrazo para todos los que padecen y han padecido cáncer. La victoria será nuestra.

Podéis visitar mi blog: http://micanceryyo-carmen.blogspot.com/
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Lucero....campeona (Mexico)

















Mi vida dio un giro total cuando a mis 22 años, me diagnosticaron Linfoma No Hodgkin difuso de células grandes estadio IVB, un cáncer linfático de rápido crecimiento, todo en mi mundo cambio, llevaba una vida muy atareada, trabajaba y estudiaba, no tenía tiempo para mí, no tenía tiempo para mi salud, fue por eso que no presté atención a mis síntomas, lo que en un principio pensé que era una simple gripe, de pronto cambia a ser algo sumamente grave con lo que estaba en peligro mi vida, al principio no sabía qué era lo que me pasaba y pase mucho tiempo negándome a mi misma que lo que tenía era cáncer, poco a poco lo fui aceptando, aceptando que tenía que dejar mis actividades para dedicarle tiempo a mi salud.

Primero fueron cinco ciclos de quimioterapia, se planeaba que me dieran ocho y que entrara en la tan ansiada remisión, pero no fue así, ya que aunque sí hizo efecto la quimioterapia, no era el efecto deseado, tenía muchos ganglios en mi tórax, cuello y axilas, entonces probaron con una quimioterapia de rescate, la que me funcionó eficazmente, a los tres ciclos de esta quimioterapia, entré en remisión, pero como mi linfoma tiene un alto porcentaje de recaída, me propusieron un trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (medula ósea).

Lo primero y lo más difícil era encontrar un donador compatible, por casualidad o causalidades de la vida, muchos años antes se casaron dos hermanos con dos hermanas, una de esas parejas eran mis padres y la otra obviamente mis tíos, mis padres tuvieron 4 hijos y mis tíos otros 4, así que con ello mis posibilidades de encontrar un donador fueron mayores… en primera instancia le hicieron los exámenes pertinentes a mis tres hermanos, ninguno de ellos fue compatible, así que yo creía que si de mis hermanos ninguno fue compatible, mucho menos lo iban a ser mis primos, aunque aún tenía un poco de esperanza y me aferré a ella, y después de las pruebas a mis primos, uno de ellos salió 100% compatible. Fue una de mis alegrías más grandes, era como haberme sacado la lotería, ahora tenía que hacerse el trasplante cuanto antes, el trasplante se realizó y al principio parecía un éxito rotundo, la pase mal, pero todo parecía valer la pena.

A los dos meses la enfermedad injertó contra huésped, una enfermedad sumamente grave por la que tuve que estar ingresada en el hospital un mes más, la pase muy mal, sin comer más que gelatina y líquidos por dos semanas, con diarreas y vómitos incontrolables, durante esa estancia en el hospital tuve una caída de mi cama de la que no recuerdo mucho, pero con ella se me rompieron tres de mis dientes; me sentía tan cansada de todo, muchas veces me despertaba sin querer luchar, pero algo en mí cambiaba y yo no quería darme por vencida de ninguna forma. Seguí, salí bien, y me recupere rápido, ahora lo importante es que la enfermedad no se había vuelto a aparecer.

Al mes de esto me confirmaron que de las células de mi donador ya no había nada, mi recuperación está siendo autóloga y perdí el injerto de mi trasplante.

Poco después en un estudio de rutina me encontraron una lesión en el hígado, no sabían que era y pensaron que probablemente era una recaída al linfoma, luego se pensó que posiblemente era un absceso, una infección impertinente debido a mi baja de defensas, empezaron a preocuparse cuando se dieron cuenta que la lesión aumentaba de tamaño y yo tenía fiebres diarias y no había ninguna explicación, más que lo que había en mi hígado. Pero la lesión era de difícil acceso y no se podía obtener una biopsia adecuada, después de todo tipo de intentos decidieron que lo mejor era sacarme lo que tenía en el hígado por completo y esto sólo podía ser posible mediante una operación con mucho riesgo. Afortunadamente todo salió muy bien y pudieron sacar el tumor en su totalidad, si, era un tumor de 700 gr y media 7 cm, del tamaño de una naranja. El resultado de la biopsia fue Tumor fibroso solitario, un tumor sumamente raro y sobre todo más raro en el hígado, pero benigno, y mi recuperación de la cirugía está siendo fenomenal.

Hace poco me hicieron una tomografía y todo salió perfecto, me habían quitado casi la mitad de mi hígado y sorprendentemente a los dos meses de la operación, mi hígado ya casi esta de su tamaño normal, ya que es el único órgano que tiene la capacidad de regenerarse. Mis últimos análisis han salido muy bien y llevó un poco más de un año sin quimioterapias, o sea que creo y espero que ya esté del otro lado.

Por lo pronto sigo recuperándome del trasplante, mis defensas están aún un poco bajas, pero poco a poco se irán recuperando y ahora estoy feliz de estar viva, ya no soy la misma de hace dos años, el cáncer me ha hecho cambiar, pero para bien, creo que ahora soy mejor persona o al menos lo intento, disfruto más cada momento, cada detalle, ahora sé que ser feliz es estar viva, aunque estoy segura que no lo hubiera hecho sin el apoyo de todos mis seres queridos.

Sé que todo esto me pasó por algo y para algo…
Puedes visitar mi blog en http://vslnh.blogspot.com/

Lucero Romero De Anda
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