Lucero....campeona (Mexico)

















Mi vida dio un giro total cuando a mis 22 años, me diagnosticaron Linfoma No Hodgkin difuso de células grandes estadio IVB, un cáncer linfático de rápido crecimiento, todo en mi mundo cambio, llevaba una vida muy atareada, trabajaba y estudiaba, no tenía tiempo para mí, no tenía tiempo para mi salud, fue por eso que no presté atención a mis síntomas, lo que en un principio pensé que era una simple gripe, de pronto cambia a ser algo sumamente grave con lo que estaba en peligro mi vida, al principio no sabía qué era lo que me pasaba y pase mucho tiempo negándome a mi misma que lo que tenía era cáncer, poco a poco lo fui aceptando, aceptando que tenía que dejar mis actividades para dedicarle tiempo a mi salud.

Primero fueron cinco ciclos de quimioterapia, se planeaba que me dieran ocho y que entrara en la tan ansiada remisión, pero no fue así, ya que aunque sí hizo efecto la quimioterapia, no era el efecto deseado, tenía muchos ganglios en mi tórax, cuello y axilas, entonces probaron con una quimioterapia de rescate, la que me funcionó eficazmente, a los tres ciclos de esta quimioterapia, entré en remisión, pero como mi linfoma tiene un alto porcentaje de recaída, me propusieron un trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (medula ósea).

Lo primero y lo más difícil era encontrar un donador compatible, por casualidad o causalidades de la vida, muchos años antes se casaron dos hermanos con dos hermanas, una de esas parejas eran mis padres y la otra obviamente mis tíos, mis padres tuvieron 4 hijos y mis tíos otros 4, así que con ello mis posibilidades de encontrar un donador fueron mayores… en primera instancia le hicieron los exámenes pertinentes a mis tres hermanos, ninguno de ellos fue compatible, así que yo creía que si de mis hermanos ninguno fue compatible, mucho menos lo iban a ser mis primos, aunque aún tenía un poco de esperanza y me aferré a ella, y después de las pruebas a mis primos, uno de ellos salió 100% compatible. Fue una de mis alegrías más grandes, era como haberme sacado la lotería, ahora tenía que hacerse el trasplante cuanto antes, el trasplante se realizó y al principio parecía un éxito rotundo, la pase mal, pero todo parecía valer la pena.

A los dos meses la enfermedad injertó contra huésped, una enfermedad sumamente grave por la que tuve que estar ingresada en el hospital un mes más, la pase muy mal, sin comer más que gelatina y líquidos por dos semanas, con diarreas y vómitos incontrolables, durante esa estancia en el hospital tuve una caída de mi cama de la que no recuerdo mucho, pero con ella se me rompieron tres de mis dientes; me sentía tan cansada de todo, muchas veces me despertaba sin querer luchar, pero algo en mí cambiaba y yo no quería darme por vencida de ninguna forma. Seguí, salí bien, y me recupere rápido, ahora lo importante es que la enfermedad no se había vuelto a aparecer.

Al mes de esto me confirmaron que de las células de mi donador ya no había nada, mi recuperación está siendo autóloga y perdí el injerto de mi trasplante.

Poco después en un estudio de rutina me encontraron una lesión en el hígado, no sabían que era y pensaron que probablemente era una recaída al linfoma, luego se pensó que posiblemente era un absceso, una infección impertinente debido a mi baja de defensas, empezaron a preocuparse cuando se dieron cuenta que la lesión aumentaba de tamaño y yo tenía fiebres diarias y no había ninguna explicación, más que lo que había en mi hígado. Pero la lesión era de difícil acceso y no se podía obtener una biopsia adecuada, después de todo tipo de intentos decidieron que lo mejor era sacarme lo que tenía en el hígado por completo y esto sólo podía ser posible mediante una operación con mucho riesgo. Afortunadamente todo salió muy bien y pudieron sacar el tumor en su totalidad, si, era un tumor de 700 gr y media 7 cm, del tamaño de una naranja. El resultado de la biopsia fue Tumor fibroso solitario, un tumor sumamente raro y sobre todo más raro en el hígado, pero benigno, y mi recuperación de la cirugía está siendo fenomenal.

Hace poco me hicieron una tomografía y todo salió perfecto, me habían quitado casi la mitad de mi hígado y sorprendentemente a los dos meses de la operación, mi hígado ya casi esta de su tamaño normal, ya que es el único órgano que tiene la capacidad de regenerarse. Mis últimos análisis han salido muy bien y llevó un poco más de un año sin quimioterapias, o sea que creo y espero que ya esté del otro lado.

Por lo pronto sigo recuperándome del trasplante, mis defensas están aún un poco bajas, pero poco a poco se irán recuperando y ahora estoy feliz de estar viva, ya no soy la misma de hace dos años, el cáncer me ha hecho cambiar, pero para bien, creo que ahora soy mejor persona o al menos lo intento, disfruto más cada momento, cada detalle, ahora sé que ser feliz es estar viva, aunque estoy segura que no lo hubiera hecho sin el apoyo de todos mis seres queridos.

Sé que todo esto me pasó por algo y para algo…
Puedes visitar mi blog en http://vslnh.blogspot.com/

Lucero Romero De Anda

1 comentarios:

Publicar un comentario